El proyecto “Vivencias más Allá y más Acá de la Frontera” se fue haciendo lentamente en la medida que fui recorriendo países ubicados en Oriente, África y Sudeste Asiático.

Encontrarse con mundos tan opuestos desde la perspectiva occidental es una experiencia única.

La primera impresión al recorrer sus calles es la de encontrar un mundo de colores muy llamativos y hermosos tanto en sus vestimentas como en sus mercados, callejuelas, medinas y particularmente en sus templos en los que la riqueza de sus tonalidades es única.

Al viajar por pueblos tan heterogéneos es importante estar consciente que los estamos conociendo a partir de nuestra propia identidad cultural.

Las diferencias culturales y sus costumbres entre Oriente y Occidente se aprecian fundamentalmente en las manifestaciones religiosas – ritualistas.

Los rituales se pueden manifestar de diversas formas según la religión de un país o territorio donde se practiquen.

Recorriendo otros continentes y algunos de sus países como así mismo el propio y observar las distintas prácticas ritualistas con la particularidad en sus expresiones, fue toda una revelación.

La religión y los rituales tienen formas opuestas para expresarse y  las diferencias entre Occidente y Oriente son más evidentes

Lo fundamental es que sea cual sea la religión y el ritual, finalmente la forma es un factor exterior, pero el contenido es esencialmente lo importante.

La esencia y particularidad de los diversos caminos que recorre el hombre independiente de la religión o del ritual que practique, lo primordial es el denominador común entre todos los seres humanos, es decir el factor inherente que impulsa al hombre a la búsqueda del sentido de la vida, de respuestas existenciales, vida y muerte, trascendencia.